Zona Arqueológica de Teotenango, Estado de México

En el valle de Matalcingo han existido grupos humanos desde tiempos remotos, incluso fue escenario de la expansión teotihuacana. Hacia el año 800 comenzó el desarrollo de señoríos con características propias; de éstos destaca el de los matlatzincas cuyo asiento principal fueron las tierras altas del Estado de México y zonas circunvecinas. Una de estas zonas es la de Teotenango.

De acuerdo con las fuentes históricas, en el año 1250 los habitantes de Teotenango pelearon contra los del señorío de Calimaya; al perder la batalla emigraron hacia Amecameca, donde se establecieron en 1295.

La evidencia arqueológica demuestra que el sitio continuó habitado por los matlatzincas, a quienes conquistó Axayácatl entre 1474 y 1476, momento de la expansión de los mexicas. A los habitantes de Teotenango y la región se les impuso tributo de mantas de algodón, madera, coas (herramientas para labrar la tierra), maíz, frijol, chía, huahutli, adornos de oro y plumas, que sin duda procedían de diversos rincones del territorio sojuzgado. El español Martín Dorantes conquistó Teotenango, reubicó la población asentada en el peñón en la parte baja de éste y fundó, en 1550, el actual Tenango.

Con base en la arquitectura se han establecido los siguientes periodos para analizar el desarrollo de Teotenango:

Tenango significa “en la muralla divina”. El peñón del Tetépetl brindó seguridad a sus habitantes; por eso la ciudad fue establecida cerca del límite sureste de la explanada superior. Un abrupto corte constituyó la defensa natural en esta zona. El resto del perímetro estuvo custodiado por un sistema de murallas; en el área central, estas barreras artificiales se multiplican y combinan con fosos, accidentes naturales y los conjuntos arquitectónicos.

El eje Norte-Sur de la ciudad comprende alrededor de 1 400 metros; el Este-Oeste, 1 , 100 metros. En ella se construyeron basamentos piramidales, plataformas, palacios, juegos de pelota, casas habitación, el ya mencionado sistema defensivo, calles, drenajes y mejoras a los manantiales existentes. Sobre las rocas se grabaron gran cantidad de petroglifos con variados signos y símbolos. La sección explorada es una mínima parte del sitio arqueológico y se localiza al noreste. Para la construcción de los monumentos y plazas hubo necesidad de salvar obstáculos topográficos, por eso la arquitectura juega con los desniveles de una manera hábil y armoniosa, así se logró un conjunto monumental de características impresionantes.

Periodo 1 Agua (650 a 750 después de Cristo)

Se estima la existencia de una aldea alrededor del manantial denominado Ojo de Agua; tuvo pequeñas casas habitación hechas de piedra y lodo, y su distribución fue dispersa.

Periodo 2 Tierra (750 a 900 después de Cristo)

Alrededor del Ojo de Agua mejoró la calidad de la construcción de las casas habitación. Mediante trabajos arqueológicos se detectaron restos de un basamento de tres cuerpos con talud y cornisa, de plataformas, altares y temazcales o baños de vapor. La cerámica corresponde al tipo coyotlatelco , que es de color bayo y está decorada en rojo.

Periodo 3 Viento (900 a 1162 después de Cristo)

Este es el momento de apogeo del sitio. En él se construyeron plazas, basamentos de tres y cuatro cuerpos, plataformas, murallas, calles, casas habitación, fosos, drenajes, juego de pelota, y demás. La cerámica también es del tipo coyotlatelco . En ese tiempo la ciudad tomó la forma que hoy observamos.

Periodo 4 Fuego (1162 a 1476 después de Cristo)

Durante esta etapa, propiamente matlatzinca, se realizaron en el sitio obras arquitectónicas que aparentemente tienden más a modificaciones menores que a un nuevo patrón de la ciudad. Este periodo se asocia con cerámica característica de los matlatzincas y de la llamada mazapa.

Periodo 5 Muerte (1474 a 1550 después de Cristo)

De esta etapa sólo se detectó una construcción del Sistema Norte, ello denota el decaimiento en las actividades; es el momento de la conquista por parte de mexicas y españoles.

Recorrido.

Plaza del jaguar

Está a la entrada del conjunto ceremonial; el nombre se debe a la representación tallada de ese felino en uno de los muros de las plataformas que la limitan. El animal, sentado, lleva en torno al cuello una cinta con una cuenta cuadrangular; dos de sus patas sostienen un glifo, interpretado como el Sol Poniente, mientras lo devora. También aparecen las fechas 2 Conejo y 9 Casa.

Por una escalinata se sube a una serie de plataformas que juegan con los desniveles. En el extremo Este se levanta un gran basamento piramidal de cuatro cuerpos con escalinatas y alfardas. Al Sur, sobre los desniveles de las plataformas y terrazas, se asienta otra serie de basamentos, entre los que se incluyen los arranques de los muros de conjuntos habitacionales de varios cuartos.

Juego de pelota

Está al suroeste; los extremos de la cancha o cabezales son cerrados, por lo que se le llama de “doble T”. El perfil de la cancha se compone por un talud y un paramento vertical en donde estaban los anillos por los que se hacía pasar la pelota de hule macizo. En este juego ritual se sintetiza parte del pensamiento cosmogónico de los antiguos pueblos de Mesoamérica, sustentado en nocio­nes como el día y la noche o la vida y la muerte. En la cancha se localizó durante las exploraciones un gran número de enterramientos humanos con su respectiva ofrenda; pertenecen a la última época de ocupación del sitio, momento en el que la estructura ya no cumplía su función primigenia.

Unidades habitacionales

Se encuentran cerca del juego de pelota; algunas de ellas tuvieron temazcal o baño de vapor. Al parecer, de acuerdo con los materiales y la calidad del trabajo, no son de la misma época ni corresponden al mismo nivel social.

Edificio 2 D o Templo de la serpiente

Se ubica al noroeste del sitio; para llegar es necesario subir por escalinatas y plataformas, y circular entre angostas calles y casas habitación. El edificio es un basamento de dos cuerpos con escalinatas y alfardas en la fachada Este. Además de su monumentalidad, es interesante la presencia de esculturas. En su base se encontró una escultura monumental, magistralmente tallada, que representa la cabeza de una serpiente. La lápida está labrada en bajorrelieve en sus dos caras mayores; en la primera está plasmado un jaguar en posición sedente, porta un collar y de su boca sale el signo de la palabra; complementa la escena el glifo 2 Conejo o 2 Tochtli . En la otra cara se representó al zopilote real o cozcacuahutli ; al igual, que el jaguar lleva un collar. En las alas extendidas se representa el ojo estelar y acompaña a esta representación el glifo llamado Ojo de Reptil con el numeral 13.

En el museo de sitio se pueden apreciar los objetos recuperados durante los trabajos arqueológicos: cerámica en todas sus variedades y formas, esculturas, herramientas de piedra, obsidiana y hueso, y la explicación del desarrollo cultural de Teotenango.

Fuente: INAH

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